¿Para qué se plantea esta intervención?
Clásicamente las intervenciones descompresivas lumbares, las laminectomías, son intervenciones funcionalmente agresivas por que implican la resección amplia de las estructuras óseas posteriores y la inutilización de la musculatura estabilizadora espinal.
No es extraño tener que asociar una fusión vertebral para corregir la inestabilidad provocada por la descompresión.Es por ello que la tendencia es aplicar intervenciones más específicas y localizadas, dirigidas a resolver los estenosis sin crear problemas de insuficiencia muscular ni inestabilidad secundaria, las técnicas de descompresión microquirúrgica.
Es el momento de plantear la intervención sobre la estenosis de canal lumbar cuando la sintomatología empeora y se deteriora la calidad de vida del paciente:
- por dolor lumbar y radicular
- por la incapacidad para andar más que unos pocos metros
¿En qué consiste una Descompresión Microquirúrgica?
Si la situación médica del paciente lo permite, evitamos una anestesia general y realizamos la intervención bajo anestesia raquídea y sedación, estando el paciente el decúbito prono sobre un trineo especial para reducir la presión intrabdominal e incrementar en espacio para el acceso quirúrgico.
Tras confirmar con radioscopia el nivel a intervenir se realiza una pequeña incisión en línea media, y se procede a escindir los planos anatómicos, la fascia toracolumbar y la musculatura espinal adherida a la vértebra. Una vez alcanzado el plano profundo la visión del microscopio quirúrgico es fundamental para identificar con la mayor seguridad las estructuras a manipular.
Para acceder al canal espinal se realiza una pequeña resección de la hemilámina y del ligamento amarillo.. Una vez identificado el saco tecal, se libera cuidadosamente de toda compresión posterior
Lateralmente se encuentra la faceta articular hipertrófica, que condiciona tanto compresión y estenosis lateral del saco dural como atrapamiento de la raíz en el receso. Se procede a liberación de la raíz en el espacio subarticular y de la compresión lateral del saco tecal.
Siguiendo la raíz hasta el foramen de salida, se reseca el ligamento y se amplia el foramen de salida
Conforma avanza la descompresión, tanto la raíz como el saco dural se movilizan con más facilidad y seguridad. Es el momento de comprobar la existencia de una compresión anterior, por protusión o hernia discal u osteofito, y liberar el componente anterior
La última fase de la descompresión se realiza angulando la visión del microscopio quirúrgico para liberar la estenosis del componente contralateral del canal, central y subarticular, quedando finalmente todo el segmento descomprimido
La intervención finaliza una vez comprobada la liberación del saco dural y del las raíces, que son fácilmente movilizables y que laten como expresión del libre movimiento de LCR en su interior.
Descartada la existencia de una fuga de LCR y tras asegurar la correcta hemostasia, se procede a recubrir las superficies expuestas con un tejido antifibrótico
¿Cuándo hace falta una Microdescompresión lumbar?
- Dolor ciático de intensidad severa, que no se controla con la medicación habitual
- Dolor irradiado que persiste más de 2 meses a pesar de aplicar tratamiento conservador (es el tiempo habitual que tarda un disco herniado en deshidratase, y perder consistencia)
- Cuando exista un déficit neurológico radicular que no mejore o tienda a progresar (disminución de la fuerza en determinados grupos musculares, pérdida de sensibilidad etc)
- cuando exista una afectación por compresión de las raíces de la cola de caballo.
¿Cómo es el postoperatorio tras la Microdescompresión?
Debe recordar que permanecer sentado o estáticamente en pie supone un sobresfuerrzo para su espalda, y que andar y especialmente permanecer en decúbito son posiciones de reposo
Evolución habitual
- En pocos días es evidente la corrección en la estática espinal,, desapareciendo la tendencia a la flexión del tronco. y aumentando la capacidad para andar sin tener que detenerse por la claudicación
Fármacos y otras recomendaciones
- Le prescribiremos analgésicos orales, una pauta corta de antiinflamatorios, protector gástrico, relajantes musculares y HBPM para reducir el riesgo de trombosis venosa profunda.
- En cuanto a la herida quirúrgica, precisa mantenerla seca y curas diarias con un antiséptico habitual, retirándo los agrafes o la sutura no antes del décimo día.
Ritmo de actividad
- Es recomendable iniciar la deambulación precozmente, incluso el mismo día de la intervención.
- Las primeras semanas debe mantener periodos repetidos de reposo en cama de 20-30 minutos de duración, alternados con periodos controlados andando y/o sentado, con el único límite temporal que evitar la aparición de molestias o dolor lumbar por sobrecarga.
- Tras la primera revisión en Consultas si es posible, se recomienda como actividades fundamentales paseos, incrementando de forma progresiva el tiempo de deambulación, y natación sólo de espaldas.
Fisioterapia y Rehabilitación
- A partir de las 2 semanas recomendamos comenzar sesiones de fisioterapia, calor y masaje suave, y posteriormente plan de movilización pasiva sin dolor.
- En la siguiente fase de rehabilitación se introducirán de forma progresiva y controlada ejercicios de potenciación muscular
- En el caso de presentar un déficit motor como consecuencia de la lesión radicular, es el momento de introducir un plan específico de recuperación.
Las claves
para un buen tratamiento
Un diagnóstico preciso
EL VALOR DE LA EXPERIENCIA es fundamental para establecer un diagnóstico exacto. Es la clave para el éxito en cualquier intervención y garantiza un postoperatorio mínimo y correcto.
Amplio abanico de tratamientos
EL PACIENTE EN EL CENTRO. Cada paciente es único y mi compromiso es determinar cual es la mejor opción para cada caso individual..
Objetivo recuperar plena calidad de vida
FORMACIIÓN E INNOVACIÓN CONSTANTE nos permite contar con nuevas técnicas y tecnología que facilitan intervenciones y recuperaciones que minimizan el impacto en la vida del paciente..
Planificamos tu vuelta a la normalidad
VIDA PLENA. Nuestro trabajo no acaba en la intervención, si no en la reinserción en la vida normal del paciente. La rehabilitación y vualta a la actividad forma parte de nuestra labor profesional.