El dolor de cabeza, independientemente del origen, es un problema limitante en función de la intensidad y tratamiento, y una preocupación diaria para muchas personas.
Tras la cefalea tensional y la migraña, la cefalea de origen cervical es la siguiente en prevalencia. Es más frecuente en mujeres de edad media, y como su nombre indica, tiene su origen fuera de la cabeza, en las estructuras espinales cervicales altas malfuncionantes o dañadas, de forma que el dolor cervical se extiende a la cabeza con características diferenciales al resto de las cefaleas.
Este subtipo de cefaleas tiene características especiales:
En cuanto al desencadenante de la crisis del dolor, está en relación con un gesto o postura cervical, un movimiento especial o repentino del cuello, o un gesto mantenido ( por ejemplo al quedarse dormido en una posición anormal).
Puede coexistir en el mismo paciente con migrañas, que aumentan en frecuencia e intensidad con el estímulo doloroso cervical
En la región craneocervical y cervical alta existen numerosas estructuras que potencialmente pueden ser el origen del estímulo nociceptivo desencadenante: discos intervertebrales, articulaciones interapofisarias, las raíces nerviosas, ligamentos músculos y fascia, y estructuras vasculares.
El estímulo doloroso de origen cervical se transmite hasta la médula espinal a los núcleos dorsolaterales del tronco cerebral, que están en íntima vecindad con la parte inferior del núcleo trigeminal espinal. Esta proximidad podría explicar la extensión del dolor cervical y su transformación en un dolor cervico-craneo-facial.
El diagnóstico de la cefalea cervicogénica se realiza en base a la clínica compatible y los signos de la exploración física. Sin embargo, precisa de la confirmación de la resolución del dolor mediante la realización del bloqueo anestésico adecuado.
Las exploraciones complementarias, fundamentalmente Rx dinámicas cervicales y RMN cervical, sirven para identificar la existencia de patología degenerada cervical asociada.
La infiltración anestésica local tiene como objetivo fundamental identificar la fuente del dolor en función del cual se podrán plantear las opciones de tratamiento mas adecuadas.
Pueden realizar bloqueos de varias estructuras, aunque los más habituales implican discografía, bloqueos facetarios C1-C2, C2-C3, bloqueos de 3er nervio occipital, de la raíz C2, bloqueo de nervios occipital mayor y menor etc
Estas técnicas se realizan en quirófano, bajo control radioscópico o ecográfico y consisten en la inyección de un pequeño volumen de un anestésico local de acción rápida. Si al anestesiar la estructura cervical elegida, por ejemplo, una articulación C1-C2, al cabo de pocos minutos desaparece el dolor cervical y la cefalea, convendremos que el bloqueo es positivo y la estructura a tratar es la faceta C1-C2.
En ocasiones son necesarias varias infiltraciones ( placebo con suero fisiológico, anestésicos de acción rápida y lenta). La concordancia con la efectividad de la inyección y la duración según el anestésico utilizado aumenta de forma notable la sensibilidad del bloqueo.
En los primeros estadios de la cefalea cervicogénica, cuando los síntomas son episódicos o intermitentes, el tratamiento debe ser conservador basado en fármacos, medidas de higiene postural y fisioterapia.
Incluye el uso habitual de
Una vez identificada la estructura que origina el dolor es posible ofrecer tratamientos, pudiendo organizarlos en:
Sólo en casos muy especiales podría precisar una intervención quirúrgica.
No existe una forma específica de prevención, salvo las medidas habituales para mantener una espalda sana, en este caso específico, una región cervical estable, con buena movilidad y capaz de soportar los importantes requerimientos funcionales a los que está sometida.
Si el diagnóstico no se orienta correcta y precozmente, además de sufrir la cefalea, corre el riesgo de cronificarse con la posible extensión al territorio trigémina homolateral, mientras no se adopten las medidas de tratamiento adecuadas.
Diagnosticada y tratada en las fases iniciales, la capacidad de recuperación es alta. Sin embargo, como en cualquier proceso de larga evolución, la eficacia de los tratamientos disminuye en relación directa con el tiempo de evolución.
Sólo un especialista en Cirugía de Columna puede determinar el mejor tratamiento para su patología cervical y su dolor cráneo-cervical según sus síntomas, su origen y sus expectativas de recuperación. Cuanto antes seas consciente de tu problema y de las opciones para resolverlo, con más garantías avanzarás hacia su resolución, es decir, a recuperar su calidad de vida previa.
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